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Jóvenes Valientes

Carmen Briceño

Pedro López y Rachel Habib hacen su compromiso de castidad en la Iglesia de Todos los Santos.

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Natalia y Patrick hacen su compromiso de castidad en la Capilla del Santísimo Sacramento en la Basílica de la Inmaculada Concepción.

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Para muchos jóvenes de hoy el ideal de la pureza y de la castidad guardada como un regalo para el matrimonio parece algo insólito. Las películas, programas de televisión, la música y hasta los amigos incitan a ver la pureza como algo ridículo, o como algo que limita la libertad.

Muchos piensan en sus cuerpos como vehículos de placer, en vez de templos de Dios. Cada año conozco jóvenes que salen embarazadas antes de graduarse del bachillerato y parejas que comienzan a vivir juntos sin deseos de casarse. La cultura anima y espera que los jóvenes experimenten y que tengan relaciones antes del matrimonio. Y muchas veces son los propios papás los que dan los anticonceptivos a sus hijos. Al ver el mundo actual es muy fácil desanimarse y pensar que todo está perdido. Pero hoy vengo con buenas noticias. Hoy les quiero contar sobre cuatro jóvenes que no se están dejando engañar por la cultura. Estos son jóvenes valientes que no solo van contracorriente, sino que están animando a los demás jóvenes a aspirar a valores altos. Estos jóvenes están mostrándole a los demás que el verdadero amor implica sacrificio, que la auténtica libertad requiere dominio propio, y que solo se ama cuando se lleva al otro a Dios.

Natalia Andreu y Patrick Quinlan tienen 18 años y se acaban de graduar del bachillerato. Cuando se conocieron y se hicieron amigos, se dieron cuenta que compartían los mismos valores y los mismos deseos de seguir a Jesús de cerca. Después de varios meses de amistad y de haber conocido sus familias y con la aprobación de sus padres, comenzaron a ser novios. Desde el primer momento de su noviazgo decidieron tener a Jesús como centro de su relación. Por eso cuando se ven, rezan el rosario juntos, hacen sacrificios el uno por el otro y en las noches también rezan juntos. Son jóvenes normales que también salen a comer y van al cine, y la pasan bien juntos, pero nunca se les olvida que si están en la vida del otro es para ayudarse a ser santos. A medida que progresaba su relación decidieron regalarse anillos de castidad. Este anillo es una promesa a Dios de que se mantendrían puros en cuerpo y en mente hasta el día de su matrimonio si Dios les llama a casarse. Los anillos no son un “pre-compromiso” o una promesa de uno con el otro, sino de los dos con Dios para ayudarse mutuamente a tener un corazón puro y ser santos. El día de San Valentín, hicieron su compromiso en la Capilla del Santísimo Sacramento en la Basílica de la Inmaculada Concepción. En sus anillos está inscrito el verso de Lucas 23:26, cuando Simón el Cirineo ayuda a Jesús a cargar la cruz, porque quieren ayudarse mutuamente a cargar la cruz hasta llegar a Jesús. Mientras otros novios piden la “prueba de amor” y se usan mutuamente, Natalia y Patrick han hecho un compromiso de nunca usarse sino de caminar juntos hacia Dios, cueste lo que cueste. Lo más bello es que Dios se ha valido del valiente testimonio de Natalia y Patrick que llevan 9 meses de noviazgo para inspirar a otros jóvenes a asumir el mismo reto de amar auténticamente.

Pedro López (17 años) y su novia Rachel Habib (18 años) tienen 7 meses de noviazgo. Se conocieron en el grupo de jóvenes de la parroquia de Todos los Santos, donde los dos eran líderes del grupo juvenil. Los dos participaron este verano de una misión a la Republica Dominicana junto con Natalia y otros jóvenes. En la misión escucharon el testimonio de Natalia y decidieron que también querían hacer un compromiso de castidad, y así continuar ayudándose a ser santos. Este pasado 15 de agosto de 2017, después de la Misa de la Asunción de la Virgen, Pedro y Rachel recibieronsus anillos de castidad, bendecidos por el PadreJuan Puigbó, delante de sus familias y amigos.

Quieren hacer público así su compromiso a la castidad y a tener a Jesús como el centro de su relación. Estos jóvenes nos recuerdan que no se puede ser mediocre y conformarse con ser buenos cristianos. ¡La meta no es ser buenos, sino ser santos! Qué grande es Dios que sigue inspirando a jóvenes a que lo sigan de cerca, a que no se crean las mentiras del mundo, sino que luchen por ideales altos. No caigamos en la tentación de pensar que la juventud está perdida. Invirtamos en la vida de los jóvenes, llevémoslos a los pies de Jesús y podremos ver las cosas grandes que Él hará en sus vidas. ¡Nunca se es muy joven para seguir a Jesús!

Briceño, una virgen consagrada, se dedica a la evangelización a través de su ministerio happyfeetministries. com

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