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Verano con la familia

Por Maria-Pia Negro Chin | Catholic News Service

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Una familia es como un árbol, nosotros, las ramas podemos crecer en diferentes direcciones pero nuestras raíces siguen siendo las mismas. El verano se convierte en una oportunidad de cuidar las raíces pasando tiempo con nuestros seres queridos.

Durante el año escolar, los horarios familiares están llenos con responsabilidades de la escuela, el trabajo y las actividades extracurriculares. Aunque todavía estemos ocupados con el trabajo o con amigos durante el verano, podemos crear oportunidades para pasar horas de tiempo de calidad en familia.

La clave es establecer un tiempo lejos de las distracciones que pueden impedir estar realmente presentes (como computadoras o teléfonos móviles). Con un poco de coordinación y comunicación, pasar el verano con la familia puede ser una experiencia memorable.

Trate de plantar un pequeño jardín, ir de excursión a un parque estatal, acampar, practicar deportes en un parque local o en su patio. Tal vez usted puede aprender algo nuevo o compartir sus habilidades con sus padres, hermanos o abuelos.

Escuche anécdotas de la familia y celebre tradiciones familiares; o póngase en contacto con sus raíces culturales con sus padres y abuelos. Saque álbumes de fotos antiguas y entérese de su historia familiar.

También puede ir a un parque de diversiones, la playa o un lago, o tomar ventaja de los museos gratuitos, conciertos o obras de teatro en su propia ciudad. O usted podría tener una noche para jugar juegos de mesa o ver películas en casa. Ya sea que viaje o tenga unas vacaciones en la casa (conocidas como “staycation”), aproveche los fines de semana veraniegos y conozca más de su ciudad. Tal vez puedan crear nuevas tradiciones para el futuro.

Pasar tiempo de calidad con la familia no necesariamente conlleva un viaje largo o mucho dinero — sólo un poco de planificación y comunicación sobre lo que usted y sus seres queridos esperan o quieren. Uno de mis mejores recuerdos fue un corto viaje lejos de la ciudad a un campo abierto donde hicimos volar una cometa y más tarde conversamos mientras comíamos sándwiches y limonada casera.

Cada familia es diferente, y cómo disfrutar del tiempo juntos variará de un hogar a otro. Pero lo que todas las actividades tienen en común es que requieren separar un tiempo para la familia y poder fortalecer los lazos familiares.

Una actividad que podría continuar durante el año es cocinar una receta familiar juntos y comer juntos una vez por semana (o tan a menudo como sea posible). Tome paseos después de la cena juntos y tenga conversaciones más profundas. También podría preparar el doble de la receta y compartir las comidas con personas necesitadas. (Para más ideas de servicio voluntario que puede hacer con un pariente vaya a http://bustedhalo.com/life-culture/5-ways-to-be-a-superhero-this-summer)

Y, por supuesto, este verano haga tiempo para la oración familiar. Hace algunos años, los autores Greg y Lisa Popcak escribieron que “tratan la oración familiar no como un deber o una tarea, sino como la clave para la verdadera intimidad y alegría en nuestro hogar”. Esto, dijeron, es porque las familias son escuelas de amor donde aprendemos a amar a Dios y a los demás con nuestros corazones y almas.

Se cree que la Madre Teresa de Calcuta dijo que para crear la paz primero debes “ir a casa y amar a tu familia”. Al apreciar el tiempo que pasamos con nuestras familias, mostramos cuán agradecidos estamos de que Dios nos ha bendecido con ellos. El verano es una oportunidad para tener aventuras sin distracción con su familia. Aprecie cada momento.

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